Por supuesto que sí. Ningún biólogo, ningún zoólogo va a contradecir esta afirmación. Los humanos son mamíferos pertenecientes al grupo de primates y clasificados dentro del subgrupo de monos de nariz simple.
Los seres humanos y los gorilas son obviamente muy similares, se parecen más que un gusano al gorila. Sin embargo, el ser humano a diferencia del resto de animales, dispone del lenguaje y con ello posee “la capacidad de pensar por sí mismo”, según afirmación del autor científico Stephen Budiansky. Esta habilidad también permite a las personas decidir sobre qué tipo de relación desean tener con otros animales. Esta es una cuestión ética o religiosa que dependiendo de la cultura tendría un punto de vista diferente.
La capacidad de autoreflexión permite, en absoluto, una moralidad y una ética, que ahora también pertenece a los derechos humanos, de los seres humanos que no tienen, o la tienen restringida. Se trata de un logro de civilización, resultado de un proceso social. La diferencia decisiva entre los seres humanos y otros animales es nuestra sociedad. La gente ha definido su ética y cultura entre sí para sí mismos y ha desarrollado un sistema de valores y derechos, como otros animales nunca serán capaces de hacer. La ética de los activistas por los derechos de los animales también es puramente humana.