Publicado en meedia.de el 15.05.2019. | Por: Frederik Ferreau & Hasso Mansfeld
El estado y los medios de comunicación deberían ejercer más control sobre las ONGs, opinan los autores del artículo, ya que éstas se han convertido en “poderosos gigantes” del debate público.
Nota: Las organizaciones de derechos animales como PETA, han conseguido un poder más que cuestionable, debido a la falta de transparencia, gracias a editores que no las cuestionan. Sabemos como las empresas ganan su dinero, sin embargo, no sabemos quién financia exáctamente a las ONGs, tan solo que administran donaciones, pero tampoco donde las invierten – a veces esto basta para levantar escepticismo, otras veces hay que perderse en suposiciones. No hay legitimación para ellas, a pesar de que interfieren en el debate político – lo cual está en claro conflicto con los principios democráticos, ya que las organizaciones como PETA representan tan solo a una mínima parte de la población, aunque les gusta hacerse más grandes de lo que son. A menudo hay una sobrerrepresentación de ciertos intereses y populismo en los medios de comunicación y en política. Los medios sin embargo, no lo acompañan con criticismo y en parte incluso multiplican el populismo – un problema para el estado y la opinión pública.
El problema es que las ONGs como PETA actúan de forma destructiva. Su meta es que no halla animales bajo cuidado humano, lo que hace imposible la conservación de especies, animales y naturaleza. Para salvar especies, se necesita una combinación de programas in situ y ex situ, es decir dentro y fuera de los hábitats naturales.
