Immer gut besucht: Das Delfinarium in Duisburg. | Foto: zoos.media

¿Es el delfinario de Duisburgo el cementerio de delfines más grande de Europa?

Exclusiva para zoos.media el 31/12/2016 Autor: Philipp J. Kroiß

El autor se refiere a una acusación dirigida por los detractores del delfinario contra el Zoo de Duisburgo (Alemania).

¿Es el delfinario de Duisburgo el cementerio de delfines más grande de Europa?

Cuando se trata del Zoo de Duisburgo y del cuidado de sus delfines, los detractores del delfinario no escatiman en insultos. Richard O’Barry ha calificado al Zoo de Duisburgo como el «mayor cementerio de delfines del mundo», un calificativo peor que el de «mayor cementerio de delfines de Europa» de otro detractor. Uno puede preguntarse: ¿Cuál es la verdad? Ninguno de los dos lo aclara, pero sí este artículo.

Cálculos incorrectos

El autor de esta acusación es el foro WDSF, una organización en contra de los delfines de un sólo hombre. El cálculo se basa en la siguiente afirmación:

Los datos de la investigación de los informes anuales del zoológico de Duisburgo demostraron que de 1965 a 1984 murieron al menos 49 ballenas y delfines importados:

17 delfines mulares
17 delfines de Commerson
5 toninas
5 marsopas
3 ballenas beluga (del Ártico)
2 delfines tucuxi

Pero estos datos son falsos.

No fueron cinco marsopas, sino tres, ni 17 delfines de Commerson, sino 14 de los cuales uno no murió en Duisburgo. Un delfín de río y una beluga (no se llama ballena beluga sino beluga o ballena blanca) aún no han muerto, sino que todavía nadan de aquí para allá sanos y alegres a niveles bíblicos (según la esperanza de vida de su especie). A fin de cuentas se puede ver que los números no son correctos.

Es bastante dudoso ofrecer cifras afirmando que están basadas en informes anuales del Zoo de Duisburgo aun cuando los datos del propio Zoo son completamente diferentes. Se ha desenmascarado a los fanáticos oponentes del delfinario que no pretenden informar, sino divulgar a toda costa información falsa.

Cálculos correctos

Examinar únicamente el número de muertes es un hecho completamente absurdo. En libertad, la mayoría de los delfines mulares no alcanzan los 18 años de edad (Willis, 2011). Desgraciadamente, a nadie sorprende el hecho de que en 50 años estos animales pudieran estar muertos.

En el siguiente estudio sobre la esperanza de vida media del delfín mular se analiza su tasa de mortalidad (cuestión de la definición: ¿Qué edad alcanzan el 50% de todos los delfines mulares que han sobrepasado el primer año de vida?)

Ámbito de estudio Duración del estudio Esperanza de vida media
Laguna Indian River 1978-1997 8,3 – 16,7 años
Bahía de Sarasota 1980-1987 17,4 años
Mississippi Sound 1986-2003 8,6 años
Costa de Texas 1991-2007 10,9 años

Por lo tanto, se puede afirmar que en el medio salvaje más de la mitad de los delfines mulares no alcanzan los 18 años de edad, lo que se valora de forma muy positiva.

¿Qué pasa entonces en Duisburgo?

Dörte schaut neugierig durch eine Scheibe im Delfinarium des Zoo Duisburg | Foto: zoos.media

Veamos primero a los delfines mulares que murieron en el período de la definición en Duisburgo y cuya edad conocemos: Se trata de 14 ejemplares. Más de la mitad sobrepasó la media de vida más alta alcanzada en la naturaleza.  Sólo dos ejemplares murieron antes de superar la media de vida más baja de la naturaleza.

Veamos ahora los nacimientos: Midamos ahora de nuevo sobre la base de la media de vida más alta en la naturaleza, que sólo alcanza el 50% de la población de delfines salvajes. Aproximadamente dos tercios de los nacimientos del delfinario sobrepasan esta barrera.

A día de hoy no se han visto animales que hayan fallecido a una edad temprana. Dentro de sus primeros tres años de vida, murieron 15 de 25 terneros nacidos vivos, los demás sobrepasaron ese periodo o se encuentran actualmente con vida. El resultado es una tasa de supervivencia de los tres primeros años del 40%, que es igual a la que se da en el medio salvaje, medida por el mismo método (Henderson et al., 2014). Si nos fijamos en los últimos diez años, la tasa de supervivencia de los animales jóvenes es significativamente mejor que en la naturaleza: En Duisburgo sobreviven más del 60% de los animales jóvenes en comparación con el 40% de los que lo hacen en el medio salvaje, ambos medidos con el mismo método.

Por ello, podemos decir que los delfines mulares en el Zoo de Duisburgo son más longevos que los que viven en el medio salvaje.

¿Pero queremos saber qué ocurre con los demás cetáceos?

La captura de animales salvajes se remonta a una época en la que se hacían expediciones como en el Zoo y simplemente se atrapaba a los animales. Hoy en día los zoológicos modernos ya no realizan esas prácticas. En aquella época no era posible determinar con fiabilidad la edad exacta de los animales ni su salud.

Los delfines de Commerson fueron capturados entre finales de los setenta y principios de los ochenta. La esperanza de vida de estos animales no sobrepasaba los 18 años, por lo que ningún animal de aquellos vive hoy día. Sin embargo, JOGY fue considerado el ejemplar de más edad, cuando se trasladó de Duisburgo a San Diego, era el más longevo Commerson con vida conocido en todo el mundo, y murió tras 32 años de buenos cuidados. El delfín de Commerson se conoce también por el nombre de delfín pío.

Der Flussdelfin BABY hat die Lebenserwartung seiner wilden Artegnossen bereits um Jahrzehnte überschritten. | Foto: zoos.media

También se capturaron cinco delfines rosados. Era muy raro encontrar en cautividad al también llamado delfín del Amazonas, aun así se adaptó bastante bien a las instalaciones de Duisburgo. Fueron capturados en 1975. Sin embargo, un ejemplar albino muy extraño, que ya era muy mayor y que no tenía dientes, no sobrevivió mucho tiempo en el zoológico. Los otros cuatro se aclimataron bastante bien.

El delfín rosado tiene una esperanza de vida de 20 años. Dos de los delfines rosados de Duisburgo la sobrepasaron en más del doble. Uno de ellos murió con más de cincuenta años (determinado por un análisis de los dientes), otro aún vive y ya tiene más de cuarenta años.

Las tres marsopas llegaron al zoológico como animales de captura incidental de la Universidad de Odense. Debido al daño que sufrieron, sus posibilidades de supervivencia han sido escasas desde el principio pero, al fin y al cabo, aún se está trabajando en su recuperación.

También fueron capturadas tres belugas. Estos animales tienen una esperanza de vida de 30 años. Se ha comprobado que dos de los ejemplares hace tiempo que sobrepasaron esta edad.

En una expedición de 1969 en Canadá se capturaron dos belugas hembra y en 1975 un macho, también en Canadá. Allua murió en 1984. Moby murió a la edad de 33 años de una afección cardíaca. Ferdinand, el macho, aún vive hoy día en el Seaworld de San Diego, tiene más de cuarenta años y se encuentra en buen estado.

Resultado

La definición «el mayor cementerio de delfines» es populista y está basada en cifras falsas, que además han sido malinterpretadas. En sus cincuenta años de historia el Zoo de Duisburgo ha ido perdiendo, como es natural, a sus amados animales, pero en el medio salvaje la mayoría de esas especies no habría llegado ni a su vigésimo cumpleaños. No se trata de algo extraordinario, sino de pura matemática.

Sin embargo, cabe destacar que los ejemplares de más edad de mulares, belugas y delfines rosados vivieron bastante más años de lo que lo hacen en la naturaleza, batiendo algunos récords. Además, un Commerson también batió un récord de edad.

Delfine springen bei der edukativen Vorstellung im Zoo Duisburg vor vollen Rängen. | Foto: zoos.media

En la actualidad, el Zoo de Duisburgo está centrado en el estudio de los delfines mulares a largo plazo, algo por lo que goza de reconocida experiencia mundial, así como por el buen trabajo que un programa de cría podrá aportar en el futuro. Pero tampoco hay que ocultar a las demás especies, de las que existe hasta un abuelo de delfín rosado, y no es necesario insultar diciendo que se trata de un «cementerio de delfines», ya que todas las especies de ballenas (y no sólo delfines, sino también marsopas, Commerson y belugas, que no son delfines) están siendo investigadas por la ciencia en la actualidad.

Por desgracia, el «mayor cementerio de delfines» es la propia naturaleza. WWF estima que cada año se capturan incidentalmente unos 300.000 cetáceos. La organización de protección de la naturaleza y las especies informa que se trata de 38 millones de toneladas de animales marinos. Paradójicamente, los animalistas dedican una atención desmedida a unos pocos cetáceos que murieron en un delfinario durante un periodo de cincuenta años, algunos de los cuales vivieron más años que sus congéneres salvajes (está demostrado).

Mientras que los detractores de los delfinarios simplemente inventan o manipulan las cifras, los zoológicos modernos luchan, entre otras cosas, contra las capturas incidentales, educando a sus visitantes, así como permitiendo y financiando proyectos de protección. Los millones de donaciones que los animalistas han desperdiciado en campañas antidelfinarios, es dinero que deja de recibir la verdadera defensa de la naturaleza a través de la investigación para la protección de los animales salvajes. Esta investigación también incluye a animales bajo el cuidado del hombre ya que, por ejemplo, la ecolocalización, importante para reducir las capturas incidentales, sólo se puede llevar a cabo con delfines entrenados, lo que no sería posible con ejemplares salvajes.

La captura incidental es sólo uno de los muchos temas a los que se enfrentan los zoológicos modernos, mientras que los animalistas y los detractores de los zoológicos no hacen nada por evitarla. Estableciendo falsas prioridades dañan indirectamente a las ballenas cuyo ecosistema sufre graves daños.

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