Exclusivamente para zoos.media – 23.08.2022. Autor: Philipp J. Kroiß
El Zoo de Knoxville ha tomado la decisión de deportar a sus elefantes más mallores a un santuario conocido por sus condiciones deficientes.
Zoo de Knoxville deporta elefantes a un santuario
La gestión de los elefantes dentro de la AZA ha alcanzado un nuevo mínimo. A la absurda decisión de mantener a los elefantes solo bajo cuidado protegido, causando una gran brecha en la asociación y que uno de los criadores de elefantes más reputados de EE. UU. dejase la asociación, le sigue otra noticia aterradora:
Una de las peores tenencias de elefantes de EE. UU.
Lo que el zoológico trata de ocultar con sus bonitas palabras es el hecho de que quiere deportar a sus elefantes ancianos a una de las peores tenencias de elefantes de todos los EE. UU., si no del mundo. Este “santuario” es conocido por su política ‘sin-contacto’, rechazada por los grupos de especialistas, al igual que por el evidente mal estado de cuidado de sus animales.
How many more elephants? Paws and TN elephant sanctuary have had numerous deaths pic.twitter.com/lcaIWHW5QD
— Felicia Frisco (@teentigermom) July 24, 2015
En el fondo, este es un lugar al cual se envía a los animales a morir si se busca una muerte rápida y un final barato. Calificar esta decisión de indigna es todavía una descripción eufemística. Por consiguiente, la decisión está siendo criticada ampliamente.
El oportunismo de la AZA perjudica a los animales
La asociación zoológica AZA – una de las dos más grandes de EE. UU. – se ha estado caracterizando recientemente por un peligroso oportunismo respecto a la industria de derechos animales. La asociación ya firmó la declaración de quiebra de sus propios estatutos con la acreditación del TES. El hecho de que ahora envíen a sus animales allí no solo es una acción más que cuestionable en lo que respecta a la gestión de los animales, sino un grave problema para los propios animales. La “política de la adición”, es decir, el oportunismo de la dirección de la AZA, aparentemente conduce hacia la crueldad animal.
La cooperación de la AZA y los animalistas respecto al Big Cat Safety Act ya mostró que a la asociación no le preocupa realmente aquello que debería estar en el foco de los jardines zoológicos. Más bien se están preparando para convertirse en el tonto útil de la industria de derechos animales, que primero ayuda a eliminar a otros zoológicos y acuarios, antes de que finalmente llegue su propio turno. Esto es muy lamentable, sobre todo para aquellas instituciones dentro de la AZA que realizan un trabajo excelente en cuanto al cuidado animal y la conservación.