Como todos los veganos, no pueden comer carne u otros productos animales como por ejemplo huevos, leche y miel, y tampoco mantequilla, chocolate con leche, helado de leche y fideos de huevo. Además, muchas otras reglas adicionales.
No se les permite llevar zapatos de cuero o chaquetas ni suéteres o calcetines de lana o seda. Los abrigos de piel son tabú, así como las almohadas de plumas, botones de perlas y crin de caballo en el sofá. Los alimentos que contienen gelatina, como gominolas de frutas, aderezos para ensaladas y tabletas en forma de cápsulas, así como la mayoría de los vinos y jugos, tampoco son veganos. Montar a caballos es una actividad rechazada por la mayoría de los activistas de los derechos de los animales, aunque hay otros que sí admiten poder realizar equitación siempre y cuando no se utilicen espuelas ni látigos. También hay otros que rechazan la brida y la silla de montar, así como algún que otro considera que los caballos tienen suficiente con los simples paseos sin tener que montarles o cabalgar.
También hay diferentes puntos de vista sobre el mantenimiento de animales domésticos o mascotas. Muchos activistas de los derechos de los animales se oponen a cualquier cría de animales, otros encuentran que está bien tener un perro, siempre y cuando no haya sido comprado sino adquirido de un refugio de animales y alimentado de forma vegan. Los animales salvajes y los pertenecientes a los grupos exóticos, sin embargo, no están permitidos para los activistas de los derechos de los animales. La pesca, al igual que la visita a circos, zoológicos delfinarios está completamente prohibido. Consecuentemente, los activistas de los derechos de los animales también tendrían que renunciar a los muebles de madera, libros y revestimientos de paredes pegados, donde se haya utilizado pegamento hecho de cola de harina de hueso, así como a todo tipo de medicamento que hayan sido desarrollados por medio de experimentos con animales, pero claro esta, tan consecuentemente estrictos son los menos.
